Cuando hablamos de cáncer es inevitable pensar en la muerte! Lo digo por experiencia pues ya lo he vivido más de una vez, más de dos veces...tantas veces que no deseo recordarlas. Se podría decir que soy experta en el tema de haber visto marcharse a tantos amores de mi vida, empezando con el más grande: mi padre. Antes de él, mi abuela paterna, un par de tías, un primo de mi madre y hace apenas 2 años, un primo mío. A todos les vi sufrir, luchar y adelantarse! Ninguno sobrevivió y eso me ha marcado! Yo tuve la suerte de que mi tumor de mama fuera beningno y mi cicatriz es pequeña.
Pero hoy no quiero hablar de mis sufrimientos, sino de la fuerza del amor y del deseo de vivir que reside en cada uno de nosotros, especialmente en los pacientes de cáncer! La imagen de arriba habla por sí sola (perdón si he sido tan explícita, pero la imagen no deja de ser bella a pesar de todo). Este amor tan grande que es capaz de mover todas las entrañas de quien "sufre" para seguir luchando por su vida, no por conveniencia propia, sino que en la mayoría de casos, por los más cercanos, llámense familia o amigos.
Enmedio del shock, de la mezcla de sentimientos de enojo, miedo, soledad, impotencia, abandono, culpa y quien sabe cuanto más, las personas diagnosticadas con cáncer deben volver en sí, poner los pies sobre la tierra, para emprender un nuevo camino: el de la lucha por su vida, donde cada minuto se vive intensamente. Este nuevo camino en donde estamos llamados a ser compañía solidaria a pesar de las limitantes de tiempo y distancia. Este nuevo camino en donde los que vemos desde afuera, no sabemos que decir o que hacer, y debemos consolarnos mutuamente con palabras de aliento, actitudes optimistas, oraciones y compañía. No queda más que hacernos un nudito de amor! Llorar a solas porque alivia el alma, ya que poco ayudan nuestras lágrimas frente a los que amamos. Y es así como el cáncer va marcando vidas y casi siempre, son para dejarnos un buen sabor de boca. Después de las amarguras de las luchas libradas, de las quimios, de las radios, de los dolores, cansancios y desvelos, siempre quedará algo bueno que merece ser rescatado.
Hoy ha iniciado su lucha una gran mujer, una buena amiga, una hija ejemplar, una hermana encantadora, un niña consentida del Señor! Que sepa al leerme que no está sola! Que su lucha es la de muchos y muchas! Que la vida sigue valiendo la pena vivirla, porque es bella a pesar de las sorpresas no tan agradables que nos trae. Querida Cristina, no tengas miedo! Dios está contigo hasta el fin del mundo! Yo ya estoy rezando para que tú seas mi primer sobreviviente!
Dedicado a María Cristina Pijem.
Fotografía de David Jay, "The Scar Project", publicada en LIFE.
www.thescarproject.org
Y si tú me lees, hazte tu mamografía!
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